Originalmente publicado en el Semanario Voces
Mi abuela mataba gallinas, iba a la feria elegía una que le parecía sana, la compraba y la llevábamos viva a su casa, recuerdo haberla acompañado varias veces. Al llegar le retorcía el pescuezo en menos de lo que toma escribirlo, ponía agua a hervir para desplumarla y al rato nos estábamos deleitando todos en la mesa con algo riquísimo. Este recuerdo seguramente es compartido por varios de los que peinamos canas, ahora bien, comparemos.
Mi abuela mataba gallinas, pero mis hijas no. Un ama de casa moderna va al super o al mercadito de la esquina y parece que los pollos aparecieran mágicamente muertos, limpios y envueltos en nylon en la góndola refrigerada. Es solamente tomarlo ponerlo en el carro y listo. Pero, al pasar por la caja y apretar pin y verde moverá la compleja maquinaria que determinará que otro pollo debe morir para satisfacer las necesidades de la población a través de los mecanismos del mercado. Los pollos, lechones, corderos y un largo etcétera siguen siendo faenados a diario por miles, en números mayores que en la época de mi abuela. Pero ahora el proceso no pasa delante de nuestros ojos; aunque eficiente y poderoso.
Algo similar ocurre con la política internacional, las armas y las relaciones de poder. No siempre son evidente por sí mismas pero los mecanismos de base siguen siendo los mismos, veamos un ejemplo.
España esta nación magnifica que nos regaló la lengua de Castilla gobernó sobre gran parte del mundo hace siglos ya. Cuando comienza su declive va perdiendo colonias, pero aun habiendo perdido toda la América continental, España mantuvo Cuba. La que solo lograra la independencia con la ayuda de los Estados Unidos de América, que invade la isla (1898), derrota a los españoles y Cuba es libre. (si es muy amiga de los EUA). En esa guerra pasan algunas cosas muy interesantes, hay un personaje Teodoro Roosevelt, no el Roosevelt del nuestro parque sino el anterior, un político pintoresco que participa en la guerra en Cuba con su propio regimiento reclutado y comandado por él.
Años más tarde don Teodoro llega a ser presidente de los EUA y le agrega un factor fundamental a la Doctrina Monroe (1823), el garrote. Ojo que no lo digo yo, lo decía el mismo. Sostenía que se basaba en un proverbio africano, “habla suave, lleva un gran garrote y llegaras lejos” (1901). Declaraba sin miramientos la necesidad del expansionismo estadounidense en el Caribe y en el mundo.
Fidel, un personaje carismático, por cierto, es más que consciente de esta situación y sus relaciones con el pueblo de EUA tratan de ser cordiales, es famoso un reportaje que da en la Sierra Maestra para la prensa americana (1957). A cuatro meses de llegar al poder, visita Nueva York (1959) y la multitud lo aclama.
Es a partir de la reforma agraria en Cuba (1959) que las relaciones con Estados Unidos comienzan a agriarse, por las expropiaciones a las empresas americanas. Eso lleva a que el gobierno americano decida apoyar su derrocamiento. ¿Ideología o intereses económicos? Ud. dirá.
Así que la CIA monta una operación que desemboca en la invasión de Bahía de Cochinos (1961), una derrota aplastante de la contra revolución. Las cartas están claras el régimen de Fidel tiene los meses contados si Washington no los sostiene. En el patio trasero de EUA la única manera de no seguir directamente la línea de Washington es conseguir un amigo con un garrote bien grande.
Estamos en los años duros de la guerra fría, así que el gobierno de Fidel quizás razona. “Si Estados Unidos no nos quiere, nos hacemos comunistas, no hay otra, es eso o perecer”. ¿Idolología comunista o intereses de supervivencia? Ud. dirá.
Las Unión Soviética acepta darle protección al régimen de la isla y le manda unas 47 armas atómicas (mayo 1962) junto con misiles capaz de llegar a Washington, Nueva York, Filadelfia y Boston, es decir donde vivía más del 50% de la población americana. La crisis de los misiles se desata (octubre 1962), EUA realiza su bloqueo naval para detener lo que pensaba eran el material para completar los misiles, años después se enteraron que las armas ya estaban en la isla listas para ser lanzadas. Fue la vez que hemos estado más cerca de la guerra nuclear.
La crisis termina con que se retiran los misiles atómicos y a cambio el gobierno americano se compromete a no alentar la caída del régimen. Hay abundante historiografía sobre las reacciones de Fidel a que la negociación se llevara adelante sin él, pero las potencias decidieron y así quedaron. ¿Ideología o miedo a la confrontación nuclear?? Ud. decida.
Es posible entonces, que Cuba no haya caído en todos estos años más allá de las bondades o debilidades del régimen porque la potencia dominante pacto con su principal competidor que así fuera.
Actualmente, la situación armamentista cambio, los misiles balísticos continentales no necesitan disparase desde Cuba. Pero la destrucción mutua asegurada sigue funcionando, miles de cabezas nucleares apuntan de un lado al otro. Hay más armas atómicas que ciudades para destruir, triste pero cierto.
Ahora bien, hoy ¿Rusia aceptaría la caída de un régimen amigo? En el caso de Siria no fue así (2011), sostuvieron y sostienen al gobierno con abundante ayuda militar. ¿Es Asad un tirano? ¿Importa?
¿Primaran los intereses del pueblo cubano, o el tema se dirimirá en los pasillos de Washington, Moscú, Bruselas o Pekín?
Claro esta línea argumental parece que no considera el esfuerzo de la revolución y de los contrarrevolucionarios, ni de la gente a pie, ni el largo embargo etc. Ríos de tinta se verterán sobre eso. No se pretende menospreciar toda esta realidad sino colocarla en un marco de análisis estratégico mayor.
Esta línea argumental no se queda con los pollos del super, ni con su etiqueta, sino que busca quien tiene el garrote para haberlos matado antes. Porque querido lector, Ud. lo sabe, los pollos no mueren con pin y verde.
Comentarios
Publicar un comentario